Muniboletin
05/06/20
Editorial
Coronavirus y el Medio Ambiente

Por Orlando Costa

El Día Mundial del Medio Ambiente, en tiempos de pandemia, resulta oportuno para observar puntos en común con la crisis ambiental y climática que también nos afecta aunque de otra manera y con otros tiempos.

El coronavirus se extiende por todo el mundo, todos estamos expuestos a su diseminación y consecuencias. Para contrarrestarlo se definen políticas sanitarias y cambios de comportamientos. 

De igual manera problemas globales como la degradación de recursos naturales, la peligrosa contaminación y el creciente calentamiento del planeta, plantean la necesidad de cambios en las actividades económicas y humanas. Un modelo de desarrollo derrochador, consumista, contaminador e inequitativo debe virar hacia formas de producción y consumo compatibles con inclusión social en un ambiente saludable.

Los pobres, que viven en peores condiciones, son los más vulnerables teniendo más riesgo de contagio de la enfermedad y falta de atención adecuada. La pobreza, la inequidad, los déficits del hábitat en tanto problemas ambientales, también afectan la vida, la salud, la exposición a desastres climáticos.

Quedate en casa es la consigna, pero gran cantidad de personas no tienen la posibilidad de hacerlo en su lugar de residencia. La urbanización creciente y de qué modo se produce, es uno de los principales problemas ambientales y climáticos.

La prevención demuestra su conveniencia en una crisis explosiva que dificulta atender sus consecuencias en salud en las personas. Generar resiliencia, condiciones para una economía y una sociedad con bajas emisiones de gases de efecto invernadero, para entornos ambientalmente saludables debe ser prioritario también.

La ciencia encontrará las soluciones para combatir el Covid 19. De la misma manera los datos científicos nos demuestran cómo estamos destruyendo el planeta y nos marcan las metas para corregir el rumbo antes que sea demasiado tarde.

Las preocupaciones del hoy que concentran todos los esfuerzos encontrarán el día después para volver a la normalidad, mientras tanto una crisis más profunda seguirá su derrotero si no cambiamos. 

Durante mucho tiempo alimentamos la creencia que es posible el progreso permanente dominando a la naturaleza, sin entender que los recursos naturales y los servicios ambientales tienen límites, tiempos de regeneración, y que los impactos que provocamos con contaminación y residuos no pueden ser amortiguados indefinidamente, con grandes daños y riesgos para la vida.

Las consecuencias del virus, como la lucha en su contra, se desarrollan en las ciudades, con gobiernos y ciudadanos que en cada comunidad apelan a medidas para evitarlas. También habrá que repensar las ciudades del futuro para que sean sostenibles, resilientes, inclusivas, amigables con el ambiente, concientizando y sensibilizando, planificando el futuro con una gobernanza participativa. Y no se trata de restricciones, sino de aprovechar el avance impresionante del conocimiento para vivir mejor.

Una muestra de actividades posibles fue presentada por la Red Argentina de Municipios frente al Cambio Climático el viernes 5 de Junio, en un maratón de presentaciones de 60 municipios que marcan el camino