Ecológico
29/09/14
Ciudad Sí
Comunicación en los municipios sustentables

En el contexto de la Cátedra Libre de Municipios Sustentables de la Universidad de La Plata, el consultor de comunicación política y especialista en crisis urbanas Carlos Celaya, ofreció una conferencia sobre la comunicación en los municipios sustentables junto con Orlando Costa, especialista en desarrollo sustentable y medio ambiente.

La charla se llevó a cabo en la Universidad y el director de la consultora Factoría Diversa habló sobre lo difícil que es para el poder comunicar bien con sus ciudadanos:

 

¿Qué papel juega la comunicación para hacer sostenible una ciudad?

 

Casi todas las grandes oposiciones a los cambios en cualquier ciudad tienen que ver con un problema de comunicación. Cuando los vecinos no incorporan hábitos de reciclado o cuando no se respetan las reglas del tránsito o cuando no se acepta un nuevo uso del espacio público adivinamos siempre que algo ha funcionado mal en el proceso de comunicación.

Para que una ciudad sea sostenible se suele acordar en que es necesario un equilibrio duradero entre el progreso económico, la equidad social y el cuidado del entorno. Pero ninguno de esos desafíos puede lograrse si no hay acuerdos, negociaciones, conversaciones para llegar a un lugar común. La comunicación no es “transferir” un mensaje de un lugar a otro sino “traducirlo”, lograr entender los códigos que maneja el otro. Escuchar más antes de lanzar discursos.

 

¿Qué debe hacer un poder local para comunicar bien?

 

El poder local hace cada vez más cosas para comunicar sus políticas, sus servicios, sus prioridades y hasta su marca como ciudad. Si el objetivo es “informar” lo que se hace, el objetivo se cumple en muchos municipios. Pero la ciudad habla y el poder local muchas veces no sabe “conversar” con ella. El poder habla demasiado como para escuchar bien.

¿Cuándo habla una ciudad? Habla cuando protesta por una decisión, susurra cuando se extiende el rumor, se expresa cuando un parque ya no se usa o una pared es elegida siempre para graffitear.

Comunicar bien es “ENTENDER” quiénes son tus interlocutores, “CAPTAR” su estado de ánimo en ese momento y “PROPONERLES MEJORAS” para mejorar su vida en la ciudad.

En Medellín, un ejemplo archicitado, los interlocutores de la comunicación de la ciudad que proponía una nueva frontera común (la paz en la ciudad) eran los sectores que se sentían más postergados y vulnerables a las organizaciones delictivas. Tenían miedo y mucha incertidumbre. El poder local comunicó con la mirada puesta en una población que debía recuperar autoestima, seguridad para tomar sus decisiones. Incrementó la presencia pública en las zonas más problemáticas, proyecto una nueva imagen al exterior del mundo que volvió como un boomerang a los corazones de los vecinos, orgullosos de lo que estaba pasando con su ciudad.

El ex senador de la provincia de Buenos Aires y ex intendente de Bragado, por su parte, resumió en unas pocas líneas los conceptos fundamentales sobre el desarrollo sustentable en las ciudades, sus desafíos y las claves para entender nuestro presente como ciudadanos:

 

¿Cuáles son los principales desafíos que tiene que afrontar una ciudad en vías de crecimiento interno en cuanto a sustentabilidad?

 

Son varios y dependen de cada ciudad, que tienen sus características distintivas, cultura, costumbres. En Argentina el 92% de las personas vive en zonas urbanas, y concentradas en las grandes ciudades. Particularmente el 63% de los bonaerenses, unos 10 millones, habita el conurbano en menos del 2% de la superficie provincial. De los 2200 municipios que tiene el país la mitad son pequeños. Hay disparidad de realidades.

Las condiciones de vida en los alrededores de las grandes ciudades, y hasta en las medianas también, son de segregación. Pobreza, hacinamiento, contaminación, carencia de servicios básicos, falta de espacios verdes y equipamientos, etc, constituyen problemas ambientales prioritarios muy ligados a la planificación urbanística y al uso del suelo, entre otras cuestiones. El uso eficiente de la energía y la utilización de fuentes renovables tienen un considerable atraso respecto a otros lugares del mundo. La calidad del agua que consumimos y la contaminación de todo tipo merecen más atención y respuestas.

Una cuestión síntesis puede ser la lucha contra el cambio climático, con las políticas públicas y la necesidad de adaptación y mitigación que requiere.

En fin, las ciudades están desafiadas a promover el desarrollo sustentable considerando sus tres ejes fundamentales: crecimiento económico, con equidad social y cuidado del medio ambiente.

 

¿Qué rol juega el ciudadano, en dicho proceso de desarrollo local, en relación con la sociedad política y la esfera privada? ¿Los mecanismos de participación civil e iniciativas populares pesan a la hora de pensar el panorama local?

 

Es fundamental la participación ciudadana. El desarrollo local es un proceso en el que los  actores de los sectores público, privado y social deben buscar acuerdos para definir políticas y planificar acciones que permitan aprovechar los recursos endógenos y las oportunidades.

En este sentido hacen falta liderazgos abiertos, relacionales, no tanto esquema de mando  obediencia y discrecionalidad desde el Estado, empoderamiento ciudadano para enriquecer la gestión pública y compartir responsabilidades, mejorar las capacidades, profesionalizar a los decisores, fortalecer las instituciones para generar confianza y un dialogo serio.

La sostenibilidad tiene que ver con el modelo de desarrollo, con las pautas de producción y consumo, con los estilos de vida. Con nuevos comportamientos de empresarios y ciudadanos, de modo tal que resulta imprescindible la participación para lograr resultados.

 

Por último, pensando las ciudades como núcleos de constante movimiento y de dinámicas cambiantes, reconfigurando una pregunta que se hace Fabio Quetglas en “Que es el desarrollo local”: ¿Qué modelo urbano es generador de ciudadanía?

 

Hay varios indicadores, que van cambiado con el tiempo, y Fabio Quetglas es un especialista que trabaja en algo tan importante: Yo me atrevo a simplificar, sin dejar de reconocer la complejidad, diciendo que significa “que la gente viva mejor”. Y para ello sin dudas hay que construir ciudadanía, no solo para votar. Hay que empoderar a la sociedad para que se sienta protagonista de la construcción de un futuro mejor. Tenemos una administración pública educada para mandar, para controlar, que además suele malgastar recursos públicos y no brindar calidad. La mejora continua es una responsabilidad de todos a partir de la opinión de los demás.

No se trata del huevo o la gallina, gobernantes y ciudadanos debemos alumbrar una democracia para el desarrollo sustentable, más participativa, más representativa, más proclive a los acuerdos y adaptativa a los cambios, a la modernidad que los produce a una velocidad increíble.