Muniboletin
23/05/25
La Nación
Crecen los eventos climáticos extremos, pero la política los ignora

A pesar de que fenómenos como inundaciones, olas de calor o sequías van en aumento, el ambiente y el clima están ausentes de la agenda en un año electoral

Según el sexto informe de evaluación del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), el calentamiento global ya ha alcanzado aproximadamente 1,1?°C por encima de los niveles preindustriales y se espera que llegue a 1,5?°C entre 2030 y 2035 si no se toman medidas drásticas. Este aumento de temperatura está provocando aumentos en la frecuencia e intensidad de fenómenos extremos como olas de calor, sequías, inundaciones y el derretimiento de glaciares, con consecuencias irreversibles para ecosistemas y comunidades humanas.

 

Esta situación se refleja en la Argentina en eventos recientes que aún resuenan en la opinión pública y continúan generando sufrimiento a las personas damnificadas. En 2022 la provincia de Corrientes perdió alrededor de 1 millón de hectáreas por los incendios forestales y rurales; durante el verano de 2025 se perdieron más de 50.000 hectáreas de bosques nativos en la Patagonia; en marzo de 2025 se precipitaron en Bahía Blanca más de 300 mm de lluvia en menos de 12 horas con consecuencias trágicas para la población; recientemente se repitió un evento de similares características en la zona noreste de la provincia de Buenos Aires con precipitaciones de entre 400 y 300 mm en 20 horas. Todos estos eventos han generado pérdidas humanas, materiales y enormes costos al sector público y privado para la asistencia y recuperación de los daños generados.

 

Así cómo la ciencia ha anticipado la manifestación de estos eventos, también ha indicado claramente qué debemos hacer para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que aceleran las manifestaciones del cambio climático y las consecuencias que vivimos cada vez con más intensidad, frecuencia y sufrimiento.

 

Reducir la quema de combustibles fósiles, promover el uso de las energías renovables y el uso racional y eficiente de la energía, frenar la deforestación y la conversión de los humedales y los pastizales naturales (generalmente realizadas para ampliar áreas agrícolas y ganaderas) han sido indicadas como medidas centrales para reducir la tendencia de aumento de la temperatura global y sus consecuencias. Sin embargo, la sociedad global ha reaccionado mal y tarde. Las medidas a realizar no han sido promovidas a la escala y en el tiempo apropiado.

 

El cambio climático está aquí, nos impacta, y sus efectos son claramente visibles. Es por ello que hay otro paquete de medidas sumamente necesarias, las de la Adaptación al Cambio Climático. En referencia a los eventos extremos que estamos sufriendo, toman relevancia los Sistemas de Alerta Temprana, su comunicación y la rápida puesta en marcha de las medidas preventivas. Las características extremas de los eventos suelen sobrepasar cualquier obra de infraestructura existente, no obstante, el mantenimiento y mejora de la infraestructura es sin duda otra política climática a implementarse.

 

En este aspecto es necesario reforzar la infraestructura verde y azul que se basa en el manejo de variables naturales y del ecosistema, por sobre la infraestructura gris que se basa en obras de ingeniería hidráulica o de construcciones materiales. En este aspecto es necesario reforzar lo que se conoce como Soluciones Basadas en Naturaleza, como la medida más apropiada para mejorar las condiciones de la biodiversidad, reducir el impacto del cambio climático y mejorar la calidad de vida de las personas.

 

Argentina ha iniciado un año con elecciones de medio término. La situación descripta tiene una alta vinculación con las variables económicas, sociales y ambientales del país. Lamentablemente el abordaje de una adecuada política climática y ambiental no forma parte de la campaña electoral. A la espera de que la clara evidencia de su importancia lleve a modificar el compromiso de la política pública, la Fundación Vida Silvestre Argentina refuerza su compromiso para colaborar y ser parte de la solución.

 

Por Manuel Jaramillo - Director general de Fundación Vida Silvestre Argentina.