Muniboletin
05/04/15
Democracia
Desequilibrio y más asentamientos, el resultado de la falta de planificación

Así lo afirmaron especialistas a este medio. Además de las diferencias entre sur y norte, están las desigualdades de la periferia con respecto al centro. Entre las propuestas para mejorar esta situación se menciona una activa intervención del municipio, la descentralización público-privado y reflotar el Plan Estratégico.

 

Resulta una realidad palpable que Junín crece día a día: cada vez hay más viviendas y construcciones de todo tipo, y numerosos sectores de la periferia transitan un proceso de urbanización que aumenta el número de sus habitantes.

Sin embargo, este crecimiento no implica, necesariamente, un desarrollo de la ciudad.

Así lo advierten especialistas en la materia, que ven que esta transformación se está llevando a cabo de manera desordenada, sin planificación, lo que redunda en un desequilibrio urbanístico que se traduce en problemas anexos, como el incremento de asentamientos, entre otros.

 

Desequilibrio

 

Para el arquitecto Enrique Scarpatti, miembro del Instituto de Estudios Urbanos, que depende del Colegio de Arquitectos, “una cosa es crecer y otra es desarrollarse”, y en ese marco, señala que “en este momento hay una ciudad con un notable crecimiento, pero no se ve desarrollo”. Esto implicaría “un crecimiento sustentable y tener en cuenta todos los problemas a la vez, es decir que requiere planeamiento, cosa que hoy no existe en Junín”.

Su colega Diego Frittayon, miembro de los equipos técnicos de la Fundación Pensar, recuerda que “históricamente, la planta urbana de nuestra ciudad estaba delimitada por las Rutas 7, 65, 188 y la avenida de Circunvalación; pero entre los años 2005 y 2010 se produjo un desborde de la planta urbana hacia el suroeste, sur y sureste generando un proceso de transformación de residencia no permanente a vivienda permanente”. Desde su óptica, este proceso se dio “sin orden, sin infraestructura, sin espacios públicos”.

Scarpatti, en tanto, destaca “el desequilibrio que hay hoy en Junín entre las áreas céntrica y periféricas”, que se percibe “en la ausencia de transporte público que obliga a la gente a desplazarse como puede y en condiciones que no son las mejores”.

 

Asentamientos

 

En ese contexto, Scarpatti remarca que “es importante reducir cuanto antes ese desequilibrio porque eso genera informalidad, chabolismo, empiezan a verse asentamientos informales, con todo lo que ello implica”.

Por su parte, Frittayon también hace hincapié en este punto. De acuerdo a su análisis, el crecimiento sin orden acentuó “el conflicto de las barreras urbanas (Rutas 7 y 65, Avenida de Circunvalación, Río Salado) sobre los que sólo se evidenciaron paliativos temporales y no soluciones de fondo;  generando asentamientos periféricos semejantes a los de algunos sectores del Conurbano bonaerense y, sobre todo, exclusión social.

 

El norte también existe

 

Contrariamente a lo que sucede en el sur –tal como describió Frittayon– los especialistas consultados también destacan que dentro de la planta urbana, en los sectores norte y noreste existe una discontinuidad histórica de ocupación del suelo, con gran cantidad de espacios vacantes carentes de servicios en gran parte de ellos.

Según dicen, este sector sólo ha crecido “por intermedio de la construcción de planes de viviendas sociales, por inversores privados con fines inmobiliarios, potenciados en los últimos años con la implementación del plan Procrear; sin planificación, aislados, y en algunos casos con criterios disímiles a la tradicional cuadrícula de amanzanamiento que presenta la trama urbana existente”.

 

Centro y periferia

 

Scarpatti, que es representante del Colegio de Arquitectos en el Consejo Asesor de Planeamiento, también pone el acento sobre las desigualdades entre el centro y la periferia.

“Uno de los puntos más críticos es el centro –explica– donde Junín se está verticalizando, entonces, la mayor densificación requiere mayores servicios, en una ciudad sin transporte público, donde casi todos los servicios de bancos y escuelas están concentrados, entonces hay problemas de movimiento, de flujo de población y de accesibilidad, además de las cuestiones que tienen que ver con el equipamiento o soporte”.

Paralelamente, la periferia es “otro punto crítico”, en el que “uno se encuentra con áreas rurales que deberían estar protegidas, pero la gente busca un lugar donde vivir, donde trasladarse y comprar a un precio razonable”.

Para el profesional, “los lotes son prohibitivos”, aunque aclara que este no es sólo un problema de Junín. Y ejemplifica: “En el Conurbano un lote vale lo mismo que uno de las mismas condiciones en la periferia de Boston”.

 

Propuestas

 

Frittayon considera que una estrategia de planificación que se debería implementar sería “la descentralización público-privado” que, desde su óptica, “genera la consolidación y el desarrollo de nuevos ámbitos ciudadanos, capaces de dar resolución a sus problemáticas y de planificar su futuro con un claro conocimiento de sus prioridades e intereses; y produce el acercamiento del ciudadano-vecino al Estado”. Según dice, este instrumento “se ha implementado con buenos resultados en ciudades como Rosario”.

Asimismo, el referente de la Fundación Pensar pide “la intervención del municipio” a través de “la generación de bancos de tierras fiscales, lotes sociales y articulando los sectores público-privado de manera de alentar al completamiento de la planta urbana por intermedio de los instrumentos de gestión vigentes en la ley provincial 8912”.

Finalmente, plantea “la utilización de las infraestructuras como herramientas de crecimiento hacia los sectores deseados, revirtiendo tendencias de asentamientos por un lado y urbanizando por otro”.

Por su parte, Scarpatti sostiene que el Plan Estratégico –hoy prácticamente disuelto– podría ser un instrumento útil para actuar sobre esta coyuntura: “Para regular esto hay muchas herramientas y una de ellas es el Plan Estratégico que, como se sabe, se interrumpió por el hecho de que, mientras se estaba tratando con participación de los actores de la sociedad, paralelamente, surgió el tema de la terminal. Si se reduce el desequilibrio la ciudad es más inclusiva, obviamente hay zonas más degradadas que hay que atender, y de eso se ocupa un Plan Estratégico, además de fijar prioridades y establecer un programa de acción”.

Para Scarpatti, “el plan debe ser integral, participativo, y revisado periódicamente porque se trata de un fenómeno dinámico”.

Por último, también propone “un instrumento regulatorio, que es meramente normativo, que es el Código Urbano de Ordenamiento Territorial, pero este código debería desprenderse del Plan Estratégico, son cuestiones que van engarzadas”.