Orlando Costa en los medios
06/12/13 - Informa Junín
Declaran Ciudadano Ilustre “post mortem†al Dr. Argentino Rodolfo Arribalzaga

La Cámara Alta bonaerense dio media sanción a un Proyecto de Ley presentado por el Senador Orlando Costa, en el que se reconoce la labor del Dr. Argentino Rodolfo Arribalzaga, por “su invalorable contribución a la medicina, especialmente por sus trascendentes investigaciones científicas que posibilitaron la descripción y el tratamiento de la Fiebre Hemorrágica Argentina”.

En los fundamentos se cuenta la historia de vida del médico bragadense, su vocación por la medicina y el notable esfuerzo que hizo para lograr el su título en 1938, en la UBA. Su regreso a Bragado y el acto médico que lo destaca por descubrir una enfermedad mortal en la década del ‘50.

“El Dr. Domingo Duva lo convoca a Mechita en los primeros días de febrero de 1953, para observar un paciente con una aparente afección gripal de gravedad, adonde concurrió con otro prestigioso profesional de Alberti, el Dr. Raúl Vacarezza”, explica el legislador en el Proyecto presentado. Y agrega que “el Dr. Arribalzaga ya había visto otros casos similares y estaba convencido que se trataba de una nueva enfermedad, desestimando las que varios profesionales de la región iban definiendo como gripes malignas, leptopirosis u otras ya conocidas. Casi una década después la ciencia médica le dio la razón a él y sus valiosos estudios”.

 Sólo en Bragado, en los primeros meses de 1953, se registraron 45 muertes, entre decenas de enfermos, lo cual provocó un gran temor en la población y una alarma generalizada.

Arribalzaga no sólo se limitó a atender a sus pacientes, sino que avanzó en el diagnóstico y en el tratamiento de la enfermedad con los escasos recursos con que contaba en aquella época. Incluso llegó a arriesgar su propia vida, cuando se expuso a ser contagiado al realizar una autopsia en el Hospital Municipal de Bragado. Luego sería detenido en la Comisaría local, tras la denuncia de los familiares del fallecido, pues el médico había realizado la intervención sin que nadie supiera que lo hacía. Más tarde estas personas comprenderían la sana intención del profesional que quería tener un cabal conocimiento del mal que provocaba tantas víctimas, y facilitaron su libertad.

“El ratón maicero, que anida y vive en los rastrojos de maíz o girasol, de ahí que popularmente se llame también mal de los rastrojos a la enfermedad, transmite la infección a través de sus heces, orina y saliva contaminando el cereal. Los trabajadores rurales, que realizaban tareas manuales y hasta dormían en el campo cosechando, se infectaban por contacto e incluso por inhalación, como también las mujeres que manipulaban sus ropas y los niños que jugaban en el campo”, expresa el texto.

En 1955 Arribalzaga realiza la primera publicación en la prestigiosa revista científica El Día Médico sobre la enfermedad que describe como “una nueva enfermedad epidémica a germen desconocido: hipertérmica, nefrotóxica, leucopénica y enantemática”, detallando todas las características, su diagnóstico y tratamiento, y alertando a la comunidad médica del país sobre la posibilidad de una propagación epidémica. Lo que ocurrió en 1958 con la extensión de casos en varios municipios la provincia de Buenos Aires y otras aledañas.

Los gobiernos, universidades e institutos científicos más destacados del país se dedicaron intensamente al tema hasta que 30 años después del aquel brote inicial, se elaboró la primer vacuna que comenzó a utilizarse en 1990 logrando pasar de índice de mortalidad del 50% a tan sólo el 1% actual.

Costa se manifestó respecto al proyecto aprobado por unanimidad y dijo que “quien me despertó la curiosidad por tan notable gesta fue Gladys Issouribehere. Cuando yo era Intendente me contactó con Dr. Juan Carlos Fain Binda y lo acompañamos en la  presentación de su libro El mal salió del rastrojo. Historia de una enfermedad, su tiempo, y su gente. Pasó el tiempo y me quedó como una deuda de reconocimiento al Dr. Arribalzaga. Releí este libro y otras publicaciones nacionales e internacionales que lo destacan por su valiosa y abnegada tarea; hablé con su hijo, Oscar, quién me dio más datos y presenté este proyecto que seguramente se hará Ley en Diputados dada la justicia del reconocimiento, a un bragadense que con perseverante entrega por sus semejantes debe ser reivindicado por su labor científica y por su humanidad, que permitió salvar miles de vidas”.